Exposición Tamara de Lempicka, la reina del Art Dèco

Desde el 5 de octubre de 2018 y hasta el 26 de mayo  de este año tenemos la oportunidad de disfrutar de la exquisita exposición de Tamara de Lempicka en Madrid.

Concretamente, en el Palacio de Gaviria, un fabuloso edificio de mediados del siglo XIX ubicado entre la Puerta del Sol y el Palacio de Oriente, denotando cuál era la zona de moda de la burguesía madrileña de la época.

Desde 2017 el Palacio de Gaviria o “de Buena Esperanza” se ha convertido en la base expositiva de Arthemisia. Gracias a dicha empresa de gestión cultural hemos descubierto las figuras imposibles de Maurits Cornelis Escher, de la sensualidad en la obra de Alphonse Mucha y su Art Nouveau o de los grandes revolucionarios del siglo XX: Magritte, Duchamp y Dalí.

Biografía Tamara de Lempicka

Los primeros años de vida de Tamara Rosalia Gurwik-Gorska están cargados de misterios. Nació entre 1895 y 1889 en Varsovia, Moscú o San Petersburgo. Suiza, Italia, Polonia y Rusia son algunos de los países que acogieron a la familia de Lempicka durante su infancia y parte de su adolescencia.

Nacida en una familia de clase alta, los estudios de Tamara se centran en idiomas y arte, disciplina en la que la joven de mirada seductora muestra una gran sensibilidad.

Mujer sofisticada, vanguardista y extremadamente abierta para su época en el terreno sexual, no tuvo más remedio abandonar Rusia y, posteriormente, París, donde residió antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial.

Cruzó el charco e inició su carrera trabajando para revistas de moda, pero en cuestión de tres años se convirtió en una artista de renombre internacional y la cabeza visible del movimiento Art-Dèco.

Lempicka y la mirada seductora de los felices años veinte

Sus pinturas son una apertura a la alta burguesía adinerada y la decadente aristocracia de entreguerras. En su obra “Autorretrato en el Bugatti verde” casi puede percibirse el olor a Chanel y al Gran Gatsby.

Hermosa, moderna, discípula del hedonismo, las fiestas, las orgías, la cocaína y la bisexualidad, su vida se convirtió en inspiración para la mayoría de sus obras, que retrataban en gran parte, la fauna integrante de la alta burguesía.

En sus cuadros se percibe un gran amor por el pintor romántico de la sensualidad, Jean-Auguste-Dominique Ingres, por la divinidad clásica de Botticelli, el Manierismo italiano y por el movimiento cubista.

La exposición Tamara de Lempicka presenta una atenta contextualización de la trayectoria artística de la pintora polaca a través de un recorrido inmersivo, con una totalidad de 10 salas, donde los cuadros están ubicados dentro de ambientes decorados con muebles, lámparas y jarrones de estilo dèco.

Recuerda, hasta el 26 de mayo, Tamara de Lempicka te espera con sus mejores galas en el Palacio de Gaviria, una exposición que no debes perderte.

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1 comentario

  1. Tirso Peña

    Tamara de Lempicka es una pintora extraordinaria

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